Ya se ha comentado sobre la posible desazón de nuestro conde ante el cambio en la función de su bocadillo.
En la V región el fenómeno se vive a concho. Hay una oferta muy grande de churrascos inmensos, hot-dogs hipertrofiados (que los hay también en gloria en otros parajes) y otros sánguches de dimensión e intención que trasciende la reposición de energías y se adentra en un exceso casi romano.
Aquí nos separamos de la intención original del sandwich como comida portátil y nos adentramos en una espiral de excesos.
Los ingredientes son buenos o malos como siempre. La profusión de ingredientes malos es horrible (recuerdo malas experiencias en el Nuria) y la profusión de ingredientes buenos no mejora el sandwich.
Se requiere el sánguche budista de la senda media. Nos va a causar el problema taxonómico de la falta de proteína animal.