Hot dogs, siempre bienvenidos. Ya que tuvimos que ir a Cuenca por motivos de salud veterinaria, aprovechamos de poner en práctica el consejo de nuestro amigo Federico y fuimos a la Despensa Tropical a comer hot-dogs.
El lugar es pequeñito, y usualmente concurrido.
Es un almacén en el que venden frutos secos, conservas y otros. Al fondo hay una maquinita de hot dogs con los precios. Eso es todo, y es lo que genera gran parte del movimiento del local. Entre paréntesis, la oferta de frutos secos es bien interesante.
Pedimos sendos hot dogs con jugo. El jugo era de coco y estaba buenísimo. Los hot dogs son pequeños, con salchicha de ave (nos corrigieron con que son de ternera en diciembre del 2017), encurtido de cebolla y mayonesa, muy simples. A un lado hay más mayonesa, mostaza y ketchup, además de un ají muy bueno.
El consejo es no comerse menos de tres, pero nosotros nos portamos bien y nos comimos sólo uno cada uno.
- Nos gustó el pan. Pan de verdad, no esas falsedades de pan de hot-dog en bolsa.
- La salchicha suave.
- La mayonesa suave también. Blanca y fluida, como si fuera de huevo entero o de esas aligeradas con agua.
Resumiendo: buenos hot-dogs. Se recomienda visitarlos.
Este local se suma a otros que hemos visitado en Cuenca de sánguches (o sánduches, si prefieres), que son Doña Piedad y El Mono.
La Despensa Tropical parece ser un lugar muy tradicional en Cuenca. Nos lo han recomendado varias personas de distintos grupos de edades y nos han mirado con escepticismo rayano en la ofensa al declarar que no son los mejores hot dogs del universo. No se ofendan que si nos gustaron 😉