El hinojo es una planta muy versátil: utilizamos su bulbo, sus hojas y sus semillas. Hoy nos dedicaremos a las semillas (que en verdad son los frutos).
El hinojo es una apiácea. Es decir, es pariente de una serie de otras especias tales como el comino, la alcaravea, el eneldo y un largo etcétera. Sus frutos (en verdad lo que utilizamos es el fruto) son alargados, con estrías y frecuentemente curvados.
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La planta es oriunda del Mediterráneo pero se ha adaptado a muchas partes del mundo. En griego se dice marathon, y la batalla de Maratón (y la carrera que de ahí deriva) provienen del nombre de la planta. Se supone que la batalla se desarrolló en una llanura con hinojos. También en la antigüedad se le atribuía la propiedad de restaurar la visión perdida.
Hablando de Grecia, en la mitología griega se cuenta que Prometeo usó un tallo de hinojo para robar el fuego a los dioses y dárselo a los hombres.
Se utiliza en cocina dulce y salada. Los usos en cocina salada son principalmente de oriente (India, Pakistán, Irán y Medio Oriente), y forma parte del Panch Phoron, el polvo de cinco sabores y otros condimentos.
Quizá la forma en que más conocemos el hinojo es como ingrediente de los embutidos italianos: salsiccia, y sobre todo el el pepperoni de las pizzas. Aquí en casa le encuentran “gusto a Pizza Hut”.
¿Utilizas hinojo en tu casa?
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