Las pizzas son maravillosas, pero es fácil saturarlas con relleno. Una solución a este problema es una tarta de pizza, que da soporte para mayores cantidades de relleno.
Si quieres aprender más sobre la pizza, este curso nuestro puede interesarte.
Particularidades de una tarta de pizza
Con las tartas de pizza corremos el riesgo de que la masa se remoje con la salsa, debido a que requieren un tiempo de horneado mayor que el de las pizzas planas. Una buena solución para esto es disponer el queso en contacto con la masa y sobre él la proteína si es que se utiliza y finalmente la salsa, en la lógica de las pizzas estilo Chicago.
El horneado, como corresponde a una preparación que tiene más volumen en relación a su superficie, es más suave y más lento: unos 45 minutos a 180°C. En este tiempo, la salsa se reduce y queda menos viscosa (lo que permite que mantenga su forma al cortarla) y la parte superior de la masa queda dorada.
La masa es un poco distinta a la masa de pizza clásica. Tiene grasa (mitad mantequilla, mitad aceite) y también tiene un poco de harina de maíz, para evitar un excesivo desarrollo de gluten.
- 400gr de harina de trigo
- 50gr de harina de maíz (de la de arepas funciona perfecto)
- 200ml de agua
- 1/2 cucharadita de levadura seca disuelta en 40ml de agua tibia
- 20ml aceite
- 20gr mantequilla
- 1 cucharadita de sal
La sugerencia en este caso es no utilizar rellenos que sean excesivamente líquidos o suelten agua, como tomates enteros (a pesar de la fotografía de más arriba), champiñones etc.
Existe una cantidad pácticamente infinita de variaciones sobre este tema, con pizzas de chili con carne, aguacate y crema ácida, pizzas con cantidades astronómicas de vegetales, de fiambres, etc.
El próximo paso es quizá el calzone.
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