Una galette es una tarta rústica. En este caso la masa envuelve al relleno casi cerrándose en la parte superior de la tarta.
En este caso preparamos la galette con una especie de masa quebrada integral, reemplazando parte de la harina (aproximadamente un tercio) por avena en polvo. Es nuestra nueva masa favorita.
El relleno son seis manzanas ácidas peladas, descorazonadas, laminadas y caramelizadas en azúcar y mantequilla, similar a la tarte tatin, pero en láminas finas.
Lo entretenido de las galettes es que en rigor ni siquiera necesitan molde. Basta con doblar la masa sobre sí misma y se crea una tarta autosoportante. Por lo mismo hay que tener cuidado con el uso de rellenos demasiado jugosos, o añadirle a estos algún elemento absorbente, como por ejemplo una capa de mazapán entre la masa y el relleno o galletas molidas.
Nos encantó. Será nuestra tarta de moda hasta que se nos ocurra alguna otra cosa.
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