Ambato es reconocido por la calidad de su pan. El paso lógico es que sea un lugar interesante para los sánguches.
Creemos que es así.
Fuimos a visitar La Casa del Sánduche, a quienes conocíamos por Facebook.
El local es impecable, se ve reluciente.
Como la capacidad gástrica no es infinita, sólo probamos un sánduche de la amplia oferta que tienen. Un pollo-tocino.
El sánduche venía presentado como un sub, envuelto en papel encerado y partido por la mitad con un corte diagonal.
Tal y como la fama de la ciudad hacía esperar, el pan resultó excelente: una especie de baguette pequeña (en la carta especificaba que es de 20cm.) de corteza crujiente sin ser dura y miga blanda.
El relleno: pollo en trozos, tocino de esos tocinos ecuatorianos que se acercan más al jamón, de fuerte ahumado, lechuga, tomate y una salsa de la casa que es mayonesa con hierbas y quién sabe qué secretos más.
Muy bueno el sánduche.
Pero no sólo los sánduches y wraps conforman la carta del lugar: el café estuvo excelente, y el chocolate caliente que pidió mi amada realmente superlativo.
Además tienen productos Salinerito –una cooperativa agrícola cercana– que son maravillosos. Probamos un turrón de Macadamia y unas trufas que son como para predicarlas por todo el mundo.
Nos gustó mucho la Casa del Sánduche, y no sólo por los sánduches.
Ante todo quisiéramos darles las gracias por tan excelente trabajo. Esto definitivamente es una maravilla para nosotros porque nos marca el nacimiento de una nueva época en el negocio, el adentrarnos mucho más en el tema tecnológico relacionado con la comida rápida.
Saludos y los esperamos nuevamente por nuestro local.