Tuvimos que alimentarnos con Pablo.
Posteriormente salió al tapete un interesante tema: la idoneidad de la marraqueta como pan de sandwich. Esto, por su corteza dura que puede pinchar el paladar o las encías.
Es algo que sucede, en mi experiencia más con la baguette que con la marraqueta, y sus consecuencias pueden ser incómodas. La gracia de la marraqueta va de la mano con este potencial problema.
Cuestión de gustos, como todo, imaginamos.
Creo que la baguet es harto peor. Más dura, más cascaruda y más seca que la marraqueta. En mi opinión, la temperatura y el tostado del pan es fundamental: adicionalmente quisiera señalar que retirar algo de miga puede colaborar en hacer de la marraqueta el pan idóneo.
Ojo: en el Munich usan hallulla. Digno de probarse.
La marraqueta siempre va a tener a su favor la vinculación con el hogar y la infancia.
Las marraquetas del LIDER son ricas pero no son evocadoras.
Si estoy afuera y pido un sandwich en pan de marraqueta será, no solo porque tengo hambre, sino porque hace tiempo que no veo a mi madre o a mi nana, que aun está en casa de mis padres.
Sí, la marraqueta sabe a hogar.
Hay que aprender a hacer.