Es común que se nos queden uno o dos panes rezagados por ahí.
Hay una serie de formas de utilizarlos, desde torrijas hasta pan rallado, pero también los podemos resucitar para usarlos como pan. Es muy simple.
Basta con partir el pan, si queremos y luego mojarlo bien mojado. Mojarlo, no remojarlo.
Después de eso lo tostamos, y voilá. ¡Nuestro pan ha resucitado!