La lengua tiene sus problemas, y el ámbito del sandwich no es excepción a este fenómeno.
La lengua comida en casa suele ser mejor que la lengua de establecimiento comercial, porque se aprovecha menos, resultando en trozos de mejor calidad.
La lengua del ejemplo, una lengua completa del Bar Nacional 3, en Matías Cousiño, estuvo particularmente accidentada en el sentido que reprobó el criterio básico del sandwich: poder comerse sin cuchillo ni tenedor.
Buen sabor, requería demasiada intervención.
¿Conoceis vosotros, dilectos lectores, algún lugar en que sea posible comer un sandwich de lengua sin detenerse a hacer una intervención quirúrgica sobre el mismo?
El Hoyo. La Fuente Chilena (no son pequeños, pero el pan es chatito y manuable).
si, en el local PIN8 del centro en una galería que corre paralela a Ahumada, entre Agustinas y Moneda
delicioso y administrable