Si bien el shawarma no es estrictamente un sandwich, califica por su espíritu para el tema de este sitio.
Caminando por Guayaquil nos atacó el hambre.
Un poco impresionados por lo caro del sushi decidimos aplicar shawarma, ya que la oferta es abundante.
Hay una serie de locales que son de origen libanés, y la oferta es simple: shawarma, kibbe y dulces árabes. La atención es con la típica amabilidad medio oriental y rápidísima.
Nosotros optamos por sendos shawarma de pollo. No muy grandes, con tomate y cebolla, y disponible a discreción una salsa de ajo, a mitad de camino entre aïoli y laban, muy buena. El pollo bien condimentado.
Nos los comimos con grandísimo placer y en tiempo record.
Resistimos la tentación de pedir repetición y seguimos nuestro camino.